viernes, 26 de abril de 2013

ARTÍCULO ESLAVA GALÁN SOBRE ERMITA DE LOS SANTOS

A quince kilómetros de la autovía que une Madrid con Sevilla (desvío a la altura de Andújar, Jaén), se levanta, sobre un cerro, como una isla blanca que brota del verdor de los olivares,  el pueblo de Arjona. En la parte más alta del pueblo existió un santuario prehistórico que el cristianismo se apropió bajo la advocación de san Nicolás, el tradicional guardián de los tesoros en el esoterismo cristiano. En este santuario se refugió Rufinus, uno de los dos obispos visigodos que custodiaban el secreto de la Mesa de Salomón, tras la invasión musulmana del año 711.

Muchos lectores de la novela de Nicholas Wilcox La Lápida Templaria, peregrinan  a Arjona para contemplar lo que podría ser la única copia conocida del mandala geométrico que representa la Mesa de Salomón.
            Para una cabal comprensión del asunto habrá que remontarse al año 70, cuando los romanos saquearon Jerusalén y encontraron una serie de objetos sagrados en el sancta sanctorum del templo, entre ellos la Mesa de Salomón, que depositaron en el santuario de Júpiter en Roma. Esta mesa, cuya fabricación se atribuía a Salomón, el rey sabio por concesión divina, era una especie de disco metálico con una serie de trazos geométricos cincelados que contenían las claves cabalísticas del nombre secreto de Dios o Nombre del Poder, el Shem Shemaforash, una fórmula que otorga a su conocedor un poder infinito sobre la Creación. A ella se refiere el esoterismo cristiano de san Juan cuando establece que al principio fue la Palabra. 
            En el fondo del asunto yace la cábala geométrica o el secreto de la ordenación espacial de la materia, una ciencia egipcia heredada por Moisés. Es posible que el Arca de la Alianza, las Tablas de la Ley y otros objetos sagrados contuvieran los conocimientos secretos egipcios.
La Mesa de Salomón es geometría, pura proporción y relación espacial de la que se deduce una formulación sonora, una palabra mágica, la música de las esferas platónica, el Nombre Secreto de Dios, la palabra impronunciable tan sólo conocida por el sumo sacerdote,  el Baal Shem o Maestro del Nombre. Una vez al año, el sumo sacerdote de Israel, protegido por el pectoral de las doce piedras, penetraba en el sancta sanctorum del Templo para pronunciar ese nombre en voz baja sobre el Arca del Alianza. De este modo actualizaba la alianza entre Dios y la Humanidad y renovaba la creación para que el mundo continuara existiendo.
Al construir la mesa, Salomón se aseguró la transmisión del Nombre Secreto. Por lo demás cada Baal Shem instruía al discípulo que había de sucederle en el misterio para que la tradición no se perdiera en caso de muerte súbita. Por lo tanto, los poseedores del secreto eran siempre dos, aunque solamente uno compareciera en presencia del Santísimo para la renovación de la Alianza.
            ¿Cómo pudo llegar la Mesa de Salomón a un pueblecito andaluz?  En 410 el rey visigodo Alarico saqueó Roma y se llevó los tesoros del templo de Júpiter a su capital, Tolosa, en el sur de Francia. En 507 los francos arrebataron a los godos las tierras de más allá del Pirineo y forzaron a los sucesores de Alarico a establecerse en España, donde fundaron un reino con capital en Toledo. En 711 ese reino fue asaltado por los musulmanes. Algunos historiadores árabes refieren que los conquistadores encontraron la Mesa de Salomón en Toledo y la enviaron al califa de oriente, su jefe político y religioso. Pero la Mesa se perdió en el camino y no se volvió a saber de ella. El hipotético camino de oriente pasaba por las tierras del Jaén, el mítico Santo Reino.
En 1871, una organización secreta de carácter cristiano, el Sionis Prioratus, funda en Ginebra la Société de l´Orient Latin y comisiona a un tal Antoine Bigou para que busque en España la Mesa de Salomón.  Poco después aparecen las primeras noticias de la existencia de una logia llamada de Los Doce Apóstoles, dependiente del Priorato. En 1913, uno de sus miembros, Luis Plantar, aparece afiliado también a la cofradía neotemplaria Ordem Soberana do Templo De Jerusalem, con sede en París. Esta doble vinculación sugiere que los antiguos templarios podrían haber sido custodios del Shem Shemaforash.
El  objetivo de Los Doce Apóstoles era buscar o conservar el legado de la Mesa de Salomón. Los papeles de la asociación están hoy en paradero desconocido, pero, al parecer, en 1936, un investigador, Joaquín Morales, los pudo consultar y tomó abundantes notas de las que procede lo que sabemos de la misteriosa organización.
Los Doce Apóstoles estaban interesados en Arjona. En 1906 costearon dos contrafuertes innecesarios en la fachada del santuario de los Santos del pueblo, réplica de las columnas salomónicas del templo de Jerusalén, las míticas Jakim y Boaz. cho O
            Ocho años después, uno de los miembros de la logia   Fernando Recio Paredes, barón  de Velillos, se hace construir un extraño panteón subterráneo en estilo bizantino. En el frontal del  altar colocó una reproducción de la Mesa de Salomón. Ese original, o su copia, es la que hoy puede admirarse empotrada en un muro del ayuntamiento de Arjona. El panteón fue destruido en 1936, pero recientemente se ha restaurado y puede visitarse.
El arquitecto encargado del misterioso proyecto fue otro de los miembros de la logia,  Antonio Florián, que había estudiado  arquitectura bizantina en Venecia y después había trabajado con el arquitecto Otto Wagner en Viena, donde entró en contacto con los círculos ocultistas de la ciudad, entonces muy activos (de ellos  salieron Walter Stein y Otto Rahn, colaboradores de los nazis en la búsqueda del Grial).
En la Edad Media Arjona fue un enclave de los caballeros calatravos que, como es sabido, heredaron de los Templarios una serie de metas más o menos secretas. En los enclaves calatravos de este territorio, que dependió de la plaza fuerte de Martos, los santos locales son siempre dos (en Arjona, san Bonoso y san Maximiano, dos centuriones romanos), como la pareja templaria que cabalga el mismo caballo. Lo mismo cabe decir del gusto calatravo por la construcción de edificios octogonales, que en Arjona se manifiesta en el campanario de la iglesia de san Juan (otro santo esotérico y templario), en cuyo subsuelo está la cripta a la que hemos aludido.

RECUADRO:
LO QUE DEBE VER EL VIAJERO:
-Esfera de piedra u obosom, primitiva imagen de la diosa madre en el santuario neolítico. Está en un mirador de la explanada de Santa María, frente a la ermita de los santos.
-Bafomet templario. Está en la clave del arco de la entrada principal de la Iglesia de Santa María. Este Bafomet es uno de los  mejor conservados de España y se emparenta estilísticamente con  los de la iglesia de la Veracruz, en Segovia, y con la de Fregenal de la Sierra, Badajoz.
-Ermita de los Santos. Contiene una interesante colección de reliquias procedentes de la excavación ordenada por el obispo Moscoso Sandoval en 1643 para encontrar los cuerpos de los santos géminis, Bonoso y Maximiano.
-Panteón subterraéno neobizantino del Varón de Velillos en el subsuelo de la iglesia de san Juan.
-Lápida templaria, en el patio del ayuntamiento.

ILUSTRACIONES RECOMENDADAS.
1. Mapa con la situación de Arjona
2. Foto panorámica de Arjona, entre olivares
3. La lápida Templaria en el ayuntamiento de arjona
4. El bafomet de Santa María
5. La esfera de piedra de la explanada de Santa María
6. Las reliquias de san Bonoso y Maximiano en el santiuario (craneos atravesados por clavos)
7. La cripta del barón de Velillos, bajo la iglesia de san Juan
Estas son las del pueblo, casi todas ellas las tiene Juan Sol. Las de la cripta ya restaurada las puedes pedir al fotógrafo del pueblo. Además vendrán bien:
8. El templo de Salomón
9. El sumo sacerdote con el pectoral de las doce piedras.
10. Dibujo de la Mesa de Salomón procedente de un manuscrito judìo medieval que aparece en mi libro El Enigma de la Mesa de Salomón, ediciòn de Osuna, página 80.

viernes, 19 de abril de 2013

LA MESA DE SALOMÓN: ¿DÓNDE ESTÁ? 2ª parte


lunes, 30 de noviembre de 2009

LA MESA DE SALOMÓN: ¿DÓNDE ESTÁ? 2ª parte

Decía que con la invasión musulmana, la Mesa de Salomón pasó a manos árabes, pero esto es solo una versión de lo que pudo pasar. Otra versión de la historia dice que nunca encontraron la Mesa y si lo hicieron no salió del lugar donde la encontraron. En esa línea está la opinión de que sigue en Toledo, en la famosa y secreta cueva de Hércules, la cual algunos han buscado y siguen buscando con más o menos problemas y trabas administrativas. Los godos escondieron todos sus tesoros en Toledo y alrededores al ver que los musulmanes avanzaban implacables; se encontró en el siglo XIX el tesoro de Guarrazar, cerca de Toledo, posible parte de ese gran tesoro de los godos. Otros opinan que la Mesa estuvo y está cerca de donde se encontró este tesoro, en la iglesia visigoda-mozárabe de Santa María de Melque, en la provincia de Toledo, perteneciente al pueblo de San Martín de Montalbán, en donde se cuenta la leyenda de tesoros ocultos protegidos por los templarios, que tenían allí un castillo; la Mesa estaría en túneles subterráneos que unen la población con Santa María de Melque.
Siguiendo esta versión de que no se movió de donde los visigodos la cobijaban, entonces, como también pudo ser ese lugar Jaén o Martos, quizás estuvo y esté en alguna galería subterránea o cueva de estas dos cercanas ciudades, ambas con alta peña, secretos pasadizos y cuevas de los que se sabe su existencia, y leyenda de lagarto o dragón que se cobija en ellas quizás protegiendo un tesoro como es típico de sus leyendas.
Otras populares tradiciones cuentan que estando la Mesa en Toledo, los godos la sacaron de allí y la llevaron a otro lugar, a Medinaceli (Soria), por eso fue llamada Medina Talmeida, "Ciudad de la Mesa", y Medina al Shelim, "Ciudad de Salomón", de donde viene su nombre. O en la ermita de San Baudelio de Berlanga (Soria). O en Alcalá de Henares (Madrid), donde fue encontrada por Tariq tras pasar por el Monte Zulema o Gebelculema, es decir, el Monte de Salomón. O al noreste de Guadalajara, a donde Tariq llegó tras pasar el desfiladero de Torija (que quizás provenga, según algunos, del nombre de este caudillo), llegando a Zafatán y a “Al-Mayda”, “la mesa”.
Estuviera en Toledo o en alguna población o santuario cercano intentándola ocultar de los musulmanes, la versión inicial que comentaba cuenta que fue encontrada por ellos, y entonces empezó una disputa por su posesión entre los caudillos árabes Tariq y Muza. Unos dicen que la ocultaron, uno u otro, en algún lugar de los dichos anteriormente o próximos, para intentar quedarse con ella secretamente, pero otros opinan que el califa de Damasco, al que debían pleitesía, reclamó la preciada Mesa de Salomón, con lo que con una nutrida escolta fue puesta en camino hacia algún puerto andaluz para embarcar hacia oriente. La guarnición cruzó tierras manchegas, pasó Sierra Morena y llegó hasta tierras andaluzas, a la actual provincia de Jaén, y, cuenta un texto de principios del siglo pasado, que una noche pernoctó en el cenobio cristiano de Giribaile, donde fue atendida por los monjes que allí había; pero estos, sabedores del preciado objeto que llevaba, les dio a los escoltas junto a la comida y bebida un narcótico que les hizo no despertarse en toda la noche para así quitarles la Mesa. Los monjes llevaron la Mesa hasta Ossaria, un municipio jiennense que es actualmente Martos, Torredonjimeno y Jamilena. Un abad de Giribaile ocultó la Mesa en el santuario de San Nicolás en Ossaria y escribió a los obispos Totila y Rufinus, custodios de la Mesa en Toledo y conocedores del Shem Shemaforash, avisándoles para que fueran a Ossaria para continuar su labor de guardianes. Unos años después, en una guerra civil entre musulmanes, el santuario de San Nicolás fue destruido y los dos obispos y su comunidad tuvieron que irse. Totila al convento de La Negra, en Fuensanta de Martos, y Rufinus a Arjona, donde fundó una ermita de San Nicolás. No se sabe si la Mesa les acompañó y se la llevaron a uno de estos dos lugares, de todas formas al poco tiempo los árabes los expulsaron de nuevo, con lo que Rufinus se fue a Monte Sión, en Chiclana de Segura, y Totila peregrinó al monasterio de Santa Catalina, en el Sinaí (Egipto), aunque murió por el camino. De esta forma, el abanico de posibles lugares de la provincia de Jaén en los que la Mesa pueda estar se hace muy grande, al que hay que sumar la posibilidad de que fuera trasladada a la ciudad de Jaén, en alguna galería oculta sobre todo debajo de la catedral, como se suele considerar; en la catedral, José Moreno encontró durante la Guerra Civil unos legajos entre los cuales figuraban una lista de “los que buscaron la cava”, es decir, una serie de nombres de los que buscaron una cueva donde se hallaba la Mesa de Salomón.
Destacados personajes han estado implicados en la historia de la Mesa en estas tierras del Alto Guadalquivir, con los caballeros calatravos siempre presentes de una manera u otra. Un fraile templario llamado Petrus Verginus (Pedro Bergino) la buscó mandado por su orden a principios del siglo XIV, estableciéndose en el desaparecido monasterio de Monte Sión, dejando inscrita cerca una gran piedra con símbolos que se relacionan con la Mesa de Salomón, la conocida como Piedra del Letrero, ya destruída, pero que fue objeto de estudio durante siglos por otros buscadores. Obispos como Nicolás de Biedma (s. XIV), Alonso Suárez de la Fuente del Sauce (s. XVI) o Baltasar Moscoso y Sandoval (s. XVII) están muy implicados en esta historia. Sociedades secretas españolas y extranjeras se han interesado vivamente en el tema, destacando la logia de los Doce Apóstoles, de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, formada por destacadas personalidades españolas y extranjeras que hicieron de la búsqueda de la Mesa su objetivo; esta logia es conocida por las notas dejadas por José Moreno en la catedral de Jaén y por los documentos de RILKO en la British Library. En sus actividades salen a relucir lugares todos de Jaén como La Iruela (cerca de Cazorla), la ermita de Santa Potenciana (Villanueva de la Reina), Espelúy, la Piedra del Letrero en Chiclana (donde estuvo el obispo Rufinus y el templario Petrus Verginus) y especialmente Arjona, en donde se les relaciona con el santuario de los Mártires san Bonoso y san Maximiano, enigmático templo que el obispo Moscoso y Sandoval mandó construir en el solar de la antigua ermita de San Nicolás, la del antiguo obispo guardián Rufinus. Esta logia fue la que hizo en 1912 la conocida como “lápida templaria” de Arjona, una de las doce que inicialmente se hicieron y que tan famosa ha hecho Juan Eslava Galán; estaba en la cripta del barón de Velasco (perteneciente a la logia), en la iglesia de San Juan en Arjona, y ahora se encuentra en el Ayuntamiento de esta localidad. En ella aparece un diseño geométrico en el que quizás se reproduzca lo que había en la Mesa de Salomón.
Ya se había disuelto la logia de los Doce Apóstoles cuando en 1926 se encontró algo excepcional: en una finca cercana a Torredonjimeno (junto con Martos, la antigua Ossaria) un campesino halló un tesoro visigodo formado por coronas, cruces y otras piezas; en algunas de ellas aparecen inscritas los nombres de Trutila y Rovine, los nombres germanizados de Totila y Rufinus, los dos obispos guardianes de la Mesa de Salomón…
Con esta segunda parte, en realidad la cuarta si sumamos las introductorias, doy por terminado por ahora este apasionante tema de la ubicación de la Mesa de Salomón, objeto sagrado que seguro de una forma u otra seguirá dando que hablar.

martes, 16 de abril de 2013

LA LÁPIDA TEMPLARIA DE ARJONA

La Lápida Templaria de Arjona (Jaén)

En Geometrías ocultas el 4 octubre, 2010 por alvarengomez
© Álvaro Rendón Gómez, mayo 2010
La Lápida
La lápida templaria de Arjona, a imitación de la Mesa de Salomón, es una plancha de mármol recorrida por estrellas, cuadrados, retículas, líneas y círculos que componen una especie de Mandala.
En esta compleja geometría se encierra un tratado cabalístico complejo y completo que se ha transmitido a lo largo de los siglos entre iniciados que deseaban remontarse a los misterios de Dios, servir a los hombres e instaurar la paz y la hermandad universales bajo la Sinarquía. Ha guardado su secreto durante muchos siglos y ahora, gracias a la Cabalá, nos revela y augura un camino de luz y una experiencia mística determinante capaz de cambiar la vida del que quiera y sepa seguirla, ilustración 1.
Sólo vemos lo que queremos ver. Para unos ojos inocentes la lápida templaria de Arjona es un trozo de mármol, sucio y lacerado que tiene unos dibujos raros por una de las caras, y sorprendentemente sin letras. Será un dibujo mudo, estéril y sin valor. Nada le dirá porque sintonizan en diferentes ondas, no porta las herramientas psíquicas necesarias que le permiten ver más allá del puro percepto visual. Para el cabalista, las líneas no fueron grabadas por casualidad, siguiendo mecánicamente un modelo, es imposible que pudiera darse esta circunstancia. Son el resultado de una meditación trascendente, de una honda preocupación por preservar un conocimiento ancestral y único que nos pone en contacto con algo intangible y atemporal, acercándonos a un mundo mágico e ilimitado.
Hoy sabemos que el origen del dibujo es hebreo por las tres letras del alefato hebreo que aparecen en ella lápida: Alef (Sonido gutural semítico que se ha perdido; es oclusiva y muda), Mem (Bilabial y nasal) y Shin (cuando el sonido es sin, suena como silbante, sorda y dental; cuando el sonido es shin, es silbante, sorda y palatal); y porque es un dibujo (gematría) que representa los contenidos velados del Berechit y de la Mercava, que emplea en ciertas partes algo del procedimiento de Temura. Las líneas se entrecruzan formando polígonos estrellados que van conjugándose con gran precisión estética, dejando huecos por donde es posible contemplar el paisaje de un mundo superior.
Físicamente (9), la lápida templaria de Arjona es una piedra cuadrada de mármol de 75 cm. de lado y 25 mm. de grueso; grabada por una de sus caras con formas geométricas que guardan una doble simetría. En su interior, se desarrolla una estrella de doce puntas, un dodecágono regular estrellado continuo de cinco partes, que se cierra siguiendo vértices alternos cada cinco contiguos y cerrándose en el mismo donde comienza. Circunscribiendo al polígono, un Círculo, el mayor, que sirve de borde entre dos espacios: Uno, interior, donde suceden fenómenos geométricos objeto de nuestro análisis posterior, y, otro, exterior, limitado por los bordes físicos de la lápida que es cuadrada. Además, los lados del Cuadrado central grabado “cortan” al Dodecágono estrellado en puntos comunes a los lados, determinando una estrella de cinco partes, o Pentagrama; cuyos lados concretan líneas alternas que imprimen a la lápida un movimiento sugerido de naturaleza levógira, al contrario de las agujas del reloj. Son, también, como rayos que se originan en el interior del Círculo central mayor, símbolo de la divinidad, espiritual, por tanto; que trascienden al Cuadrado exterior, material, limitado y estéril por estable. ¿Una casualidad?
Un dibujo, como imagen esquemática y simple, actúa en nuestro consciente como símbolo abierto y, en nuestro inconsciente, como un signo multilinguístico, evocador y abierto que pude leerse en varios niveles de comprensión. Un primer nivel, sólo mostraría los formas geométricas puras y sus significados simbólicos inmediatos. Un segundo nivel expresarían su verdadero significado, a mi juicio. La Cabalá irá mostrándose tal como la entendemos en la actualidad: como un camino de perfección espiritual mediante el conocimiento de la Obra del Creador.
La Cabalá contenida en la Lápida de Arjona
El objeto de la Cabalá es conocer el bien que Dios nos ofrece; es decir, Dios mismo. No existe mayor tesoro material, ni ningún bien verdadero en el mundo por encima de Dios mismo. Participar de Dios, acercarse a Él y a su esencia divina es el bien último del ser humano.
La Cabalá es un camino válido para captar la Luz primordial, la del primer día de la Creación [que no es física, sino mística], con la que podremos ver los mundos espirituales “desde un extremo del Universo al otro”.
En el principio, era Ayín, el Dios Trascendental, contenedor de la Nada inmanifestada y absoluta. Ni siquiera existía el Tiempo, únicamente Ayín. De Él partió el Ayín Sof, el Dios Inminente, el Todo Absoluto carente de atributos. De su Divina Voluntad emanó el rayo Kav, transformado en Ttzimzum, que se manifestó en diez etapas de Emanación. Diez Palabras tomadas como zafiros creadores (Sefirot, plural; Sefirat, singular) que pueden entenderse como cifras o atributos de Dios y quedan dispuestas como un Árbol. Ese rayo manifestado en diez Sefirot se mantendrá eternamente hasta que vuelva a la Nada, fundiéndose con ella. Estas diez Sefirot se rigen por tres principios Divinos inmanifestados. Los llamados Esplendores ocultos o Zanzahot. Estos principios son la Voluntad primordial, la Misericordia y el rigor o Justicia. La Voluntad mantiene; la Misericordia, expande; y la justicia, contiene, ilustración 2.
Al límite del vacío, Keter o Corona, que contiene lo que fue, es y será; origen del Kav, y definido como “Yo soy el que soy”. De él, el rayo de luz Kav se expande tzimtzum bajo la influencia de la misericordia, la voluntad y la justicia para manifestar la Sabiduría [intelecto interior y activo] que son el destello del genio, la inspiración y la contracción. Esta Sabiduría genera el Entendimiento [pasivo] receptivo y reflexivo, que se manifiesta a través de la razón y de la tradición.
El Conocimiento es una no-Sefirat, y se denomina Daat, siendo la fusión de la Sabiduría y del Entendimiento. A través del Conocimiento, el Absoluto introduce su voluntad e interviene en la existencia, y somos capaces de ver y de saber, y así poder pasar de un pilar a otro, de la tolerancia al rigor, de lo expansivo a lo contractivo, de la Misericordia a la Justicia, de lo activo, positivo y masculino a lo pasivo, negativo y femenino. El rayo, así, experimenta un descenso y pasa al pilar del Equilibrio, manifestándose la Sefirat denominada Tiferet, Armonía o Belleza. En Tiferet se halla la esencia de las cosas, el corazón de los corazones o del Alma Divina. Esta Sefirat adquiere mucha importancia porque es la puerta de acceso a los niveles superiores de conocimiento. El Tiferet es el yo, el centro del universo que subyace en el yo cotidiano, el vigilante que canaliza las influencias inconscientes de las Sefirot superiores (como Sabiduría, Entendimiento, Misericordia y Justicia).
Por debajo de Tiferet el rayo manifiesta dos nuevos atributos, la Tnezat o Eternidad (que es activo, positivo y masculino) y Hod o Reverberación (que, por el contrario, es pasivo, negativo y femenino). Ambos Sefirot corresponden al nivel operativo de todo el Árbol Sefirótico, ilustración 3, donde se producirán los cambios correctivos en los procesos psíquicos y biológicos.
En un nivel más elemental, por debajo del nivel instrumental se halla la Sefirat denominada Yesod o Fundamento. A través de ella se manifiestan otros árboles Sefiróticos, menos evolucionados, conectando directamente con Malkhut, opuesto a Keter.
Yesod tiene función de espejo, pues bajo Tiferet se pueden obtener imágenes de imágenes y esto es básico porque permite vernos reflejado en él, y conocer de primera mano la imagen que proyectamos de nosotros mismos, la que perciben los demás, y así conocer nuestros propios defectos y aplicar las correcciones necesarias para crecer espiritualmente. Dependiendo de la pureza de Yesod, del espejo, éste reflejará una imagen nítida o distorsionada. Debemos mantenerlo siempre limpio practicando la sinceridad con nosotros mismos, aplicándonos disciplinas de cumplimientos de objetivos y fines, sin dejarnos arrastrar por el desánimo.
Malkhut, o Reino, es donde se comienza la ascensión del rayo relampagueante. Durante la misma, el rayo es la Shekinah y percibimos la presencia de Dios en la materia. Malkhut, opuesto a Keter, no es el fin o el principio. No es sólo el punto, sino también el Círculo. De él proceden todas las cosas, y a él retornan. Es la semilla que contiene en sí a todo un bosque de árboles. Siendo el último de las Sefirot incluye a todas las Sefirot del nivel inferior, actuando como un Keter de un nivel inferior, porque Malkhut es el reflejo de Keter y Keter lo es de Malkhut.
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jueves, 11 de abril de 2013

SAN LORENZO. EL SANTO GRIAL Y SU MUERTE EN LA HOGUERA


SAN LORENZO, un poco de historia y biografía

San Lorenzo (Laurentius en latín) fue uno de los siete diáconos de Roma.

Nació en Huesca, en la Hispania Tarraconensis. Cuando Sixto fue nombrado Papa en el año 257, Lorenzo fue ordenado diácono, y encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor, es considerado uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, y es el patrón de los bibliotecarios.
Entre los tesoros de la Iglesia confiados a Lorenzo se dice que se encontraba el Santo Grial, y que consiguió enviarlo a Huesca, junto a una carta y un inventario, donde fue escondido durante siglos.

Durante la persecución de los cristianos bajo el mandato del Emperador Valeriano I en 258, muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte. El Papa Sixto II fue una de las primeras víctimas,lo crucificaron el 6 de agosto. Un escrito de san Ambrosio de Milán dice que Lorenzo se encontró con Sixto en su camino a la crucifixión, y le preguntó: "¿A dónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿A dónde te apresuras, santo padre, sin tu diácono? Nunca antes montaste el altar de sacrificios sin tu sirviente, ¿y ahora deseas hacerlo sin mí?", a lo que el Papa respondió: "En tres días tú me seguirás".
Tras la muerte del Papa, el prefecto de Roma ordenó a Lorenzo que entregara las riquezas de la Iglesia. Lorenzo pidió tres días para poder recolectarlas, pero distribuyó la mayor cantidad posible de propiedades a los pobres. Al tercer día, compareció ante el prefecto, y le presentó a los pobres, a los discapacitados, los ciegos y a los menesterosos, y le dijo que ésos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia.
Lorenzo fue quemado vivo en una parrilla, cerca del campo de Verano en Roma, el 10 de agosto, día que se celebra su santo.

Lorenzo fue enterrado en la Via Tiburtina, en las catacumbas de Ciriaca, por Hipólito y Justino, un sacerdote. Se dice que Constantino I el Grande mandó construir un pequeño oratorio en honor del mártir, que se convirtió en punto de parada en los itinerarios de peregrinación a las tumbas de los mártires romanos en el siglo VII. El Papa Dámaso I reconstruyó la iglesia, hoy en día conocida como Basilica di San Lorenzo fuori le Mura, mientras que la basílica di San Lorenzo in Panisperna se alza sobre el lugar de su martirio. La parrilla usada en el martirio fue guardada por el Papa Pascual II en la iglesia de San Lorenzo de Lucina.

Lorenzo es uno de los santos más ampliamente venerados por la Iglesia Católica Romana. Su martirio ocurrió muy temprano en la historia de la Iglesia, por lo cual muchas otras tradiciones Cristianas lo honran también.

Es el patrón de la Ciudad de Huesca. Asimismo, es especialmente venerado en Roma, es uno de los patrones de la ciudad. También es el patrón de los peruanos en la ciudad de Marca Provincia de Recuay Ancash, y es el patrón de los bibliotecarios, cocineros, curtidores y mineros. El 10 de agosto el relicario que contiene su cabeza quemada es expuesto en el Vaticano para ser venerado.

En la Comunidad de Madrid se encuentra el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, construido por Felipe II para conmemorar la victoria de San Quintín el 10 de agosto de 1557, agradeciéndosela a la protección del mártir San Lorenzo. Para ello, hizo construir el monasterio con forma de parrilla, por haber sido el instrumento de su martirio.

Hay que citar también una hipótesis, muy extendida en ciertos sectores de estudiosos, que indica que la historia de este santo sirvió para la cristinianización de un dios celta muy venerado en el mundo antiguo, el dios Lug o Lugh.